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Los ministerios en la iglesia


La iglesia, como se ha descrito antes, es el Cuerpo de Jesucristo, quien es la cabeza. Siguiento esta analogía entonces nosotros, los que formamos parte de la iglesia también lo somos del cuerpo. Por tanto, somos como células activas con alguna función específica a fin de preservar la vida del cuerpo. Y Dios, creador del cielo y de la tierra, al crear este cuerpo, nos ha dado por medio de su Hijo una razón de ser y por medio del Espíritu, una razón de hacer. Por tanto ha creado un orden, un andar, un acomodo de hermanos que estando todos en armonía y obediencia, haciendo lo que nos toca habremos de estar vivos.


Esas distintas funciones dentro del cuerpo se llaman ministerios: actividades dadas por Jesucristo a los miembros de su iglesia. Están dadas según el perfil del individuo conforme al ordenamiento por medio del Espíritu e imposición de manos o profecía. Y el establecimiento de dichos ministerios sigue un orden espiritual, no humano o físico. Por desgracia, algunos han decidido adoptar sistemas mundanos, como sistema clerical judío o el católico. Desconocen o son improvisados en la palabra del Señor e imitan lo que ven y tratan de mezclar o revolver doctrinas dando por ello una gran confusión a aquellos que se acercan para escuchar la palabra de Dios.


Los hijos de Dios por la fe en el Señor Jesucristo sabemos del espíritu engañador que prevalece en muchas organizaciones, pues al adoptarlo hace lo posible para desvirtuar y pervertir la palabra del evangelio sobre muchos hermanos que confiadamente se acercaron a conocer el evangelio de Jesucristo y luego fueron engañados con falsas doctrinas (en otro blog trataremos de dichas maquinaciones). Para el presente tema solo comentaremos que el apóstol Pablo y otros siervos del Señor Jesucristo nos alertan en sus cartas de la contaminación y adulteración de falsos obreros y maestros que se introducirían en la vida de los creyentes para desviarlos; de ahí que no concuerda lo enseñado por dichos agentes de maldad con lo que está escrito. Si ya tienes el conocimiento de que quieren engañarte, retírate y busca a los que verdaderamente siguen al Señor Jesucristo.


Los ministerios forman la estructura de la iglesia de Jesucristo, este punto se debe de tratar con sensibilidad y delicadeza para no ocasionar heridas difíciles de sanar en algunos creyentes practicantes asiduos a congregaciones que aparentemente tienen las doctrinas de nuestro Señor Jesús, sin embargo han sido acomodaticios en vivir y enseñar solamente algunos versículos de la escritura. Por lo que es necesario mencionarlo aunque sea de paso pues es tema de otro blog. Consiste en la aparición de denominaciones que se fueron dando en el cuerpo de creyentes dividiendo el cuerpo en dogmas y creencias en algunos versículos, separándose de su comunión con las demás expresiones del cuerpo, desobedeciendo en su totalidad la enseñanza de la unidad del cuerpo, para beneplácito de las religiones del mundo y la complacencia del enemigo de Dios.


Los hijos de Dios que ejercitan los ministerios en la iglesia son escogidos y preparados por el Señor Jesucristo, su capacitación obedece a una total debilidad humana y a una renunciación total de su ser para trabajar para el Señor Jesús, son dignos de todo el reconocimiento por parte de los miembros de la iglesia, en Romanos 11:13 se lee: Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, los que ejercen ministerio y requieren viajar es necesario proveerlos, los ministerios se pueden dividir en internos y externos, los apóstoles y los evangelistas caen en la segunda clasificación y los profetas, pastores y maestros en la primera.


La iglesia o sea los que se congregan en el nombre del Señor Jesucristo conforme a Mateo 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.


Fundamenta su testimonio de la vida en Jesucristo porque es necesario que la luz y la sal sean vistas por todos los hombres del mundo, como una señal de nuestra obediencia a la voluntad del Padre, está profetizado por el Señor en Mateo 18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielo.


Desde el inicio está descrito la acción de diversos individuos que hicieron gala de dividir el cuerpo como está escrito en la 3 carta de Juan: 1:9-10 9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia. En 1 Corintios 1:10-11 10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. 11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.


Los que nos guardamos en Jesucristo tenemos el conocimiento que los ministerios son servicios de diferente actividad para los que se congregan en la iglesia, la palabra ministerio procede de servicio, este lenguaje es para la iglesia. Una lección clara del Señor Jesucristo para los hijos de Dios es la práctica del servicio y del amor contra eso no hay ley quien detenga esa práctica divina en nuestras vidas, podemos considerar los ministerios en función de su servicio para predicación a los nuevos y para edificación del cuerpo. El apóstol expresa el más puro andar de un servidor de Cristo en 2 Corintios 6:3-10 3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; 4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; 5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; 6 en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, 7 en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; 8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; 10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, más poseyéndolo todo.


Y lo que deben de hablar como dice en Efesios 4:11-13 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.


Los ministerios se otorgan a través de la iglesia cuando al paso del tiempo el Espíritu discierne a los hermanos que ya están listos para la obra del Señor que en algunos casos pueden pasar años y en otras cierto tiempo corto, se recomienda que los neófitos o sea de nuevo conocimiento no se les de ministerios hasta que hayan fortalecidos en el conocimiento y en la sabiduría de Dios.


Los ministerios que se menciona en Efesios lo deben ejercer los varones, las hermanas tiene otros ministerios igual de importantes, pues ellas proveen con su ejemplo de vida a sus hijos e hijas.


Tenemos que reconocer, no es uno el que quiere, Él escoge y elige a los que verdaderamente quieren servirlo de corazón porque Él los preparó desde antes de la fundación del mundo, por eso dice en 1 Corintios 12:5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

Los que quieren tener ministerio deben ajustarse a estas condiciones, de no hacerlo corren con la desobediencia en su impaciencia y se lo den a otro, como se lee en Colosenses 4:17 Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.


Si volteamos a ver a las denominaciones vemos cuan terrible es su mover, de ahí querido lector con el Espíritu Santo en ti te ayude a discernir lo que estás viviendo y vuelvas a la práctica de la lectura del nuevo pacto y exhortes a lo enseñado por el apóstol Pablo en el Espíritu. Lo que está escrito en 2 Corintios 4:1-2 1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. 2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.


Y también escribió en la misma carta 2 Corintios 5:18-19 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.


El evangelio para los hombres es de salvación y el evangelio para los que ya son hijos de Dios de cuidar la salvación por amor al que nos salvó y temor y temblor para con los del mundo, el evangelio no es para condenación del hombre, no sería una buena nueva, sería ciertamente una mala noticia, es una buena nueva y los que ejercen ministerio deben anunciarla (evangelistas), enseñarla (maestros), establecerla y fundarla (apóstoles), encauzarla (profetas) y cuidarla (pastores).


Y entonces, una verdadera pequeña manada es aquella que basa sus funciones en lo escritural y no en un patrón dictado por el mundo. Es aquella en donde los que están en ministerio sirven con humildad y discreción al resto de la congregación en lugar de buscar ser alabados por lo que hacen. Son amables, pacientes y afables, pero intolerantes a cualquier extraña doctrina. Los verdaderos ministros dan testimonio de Cristo, nunca del lugar, de la comunidad y socialización mundana. Su función es vital. Administrar todas las riquezas espirituales, vencer al mundo, mantener la unidad del cuerpo, orar y atender necesidades son sólo agunas de las cosas por hacer.


He aquí un ejemplo sencillo. Nuestra patria no es de aquí, sino celestial, luego los del ministerio fungen como embajadores de aquél país. Por tanto, ellos al ser representantes de aquél país deben presentar sus mejores cartas al país donde están (testimonio de Jesucristo) y dar asesoría a sus conciudadanos (congregaciones en toda la tierra). ¿Un buen embajador es aquél que se promociona más a sí mismo más que a quién representa?¿No debe su posición a quién le puso (Cristo) y por tanto debe cuidar su reputación ante el mundo, país extranjero? Entonces debe velar por los intereses de quien le envía, no de quien le recibe. El que tenga oído, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Amén.


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