“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad” así le escribe el apóstol Pablo al evangelista Timoteo en su primera carta 3:16. En efesios dice que hay un grande misterio y se refiere a Cristo y su iglesia. Solo hay dos descripciones con el adjetivo grande en la referencia con los demás misterios enunciados en el nuevo pacto, la diferencia es la palabra inicial que escribe a Timoteo indiscutible, o sea, sin discusión o para decirlo más claro no debe ponerse en duda este misterio, debe prevalecer la premisa que el misterio de la piedad está fuera de debate y de aceptarlo tal y como está escrito.
Grande es sinónimo de enorme, es un misterio de altura, importante y de gloria, es una distinción espiritual de los que saben comprenderlo e interpretarlo. Misterio para degustarse en la iglesia del Dios viviente (rara ocasión para manifestar el vocablo viviente) que agrega dos conceptos de suma importancia para los hijos de Dios: columna y baluarte de la verdad. Su significado se debe de observar como sostenimiento y fortaleza con lo que se debe vivir en él. El misterio debe ser creído y atendido por sus hijos; es enseñanza fundamental y primaria que debe prevenir de las doctrinas falsas y espíritus engañadores en los últimos tiempos.
Misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
Dios fue manifestado en carne, el Dios creador de los cielos y la tierra y todo lo que habita en ella ha complacido a la humanidad (creación de Él) al enviar su Espíritu Santo en una virgen, ha preparado cuidadosamente su genealogía desde el primer hombre y la primera mujer, se enseñan las genealogías en el nuevo pacto Mateo 1:1-17 y Lucas 3: 23-38 y María concibe por su espíritu y da a luz un hijo: Jesús.
El bendito Padre se ha manifestado en diversas formas en el transcurso de la vida de sus siervos, pero la manifestación que pone fin a un tiempo del Señor es la culminación del amor por el hombre, Jesucristo en su ministerio se proclama: El Hijo del Hombre. Él es carne nacido de mujer, Dios el Padre está en su vida, clama al Padre, tiene el espíritu de Dios, es la enseñanza para los hijos de Dios por la fe en el Señor Jesucristo, él se forma en nosotros pero tenemos que clamar y orar al Padre o al Señor Jesús para perfeccionar la unidad por amor y dirección. La proclama de nosotros en creer que Jesucristo es el Hijo de Dios es un escalón inicial para comprender la nueva vida espiritual, no des cabida en tu mente y corazón a otra doctrina de demonios. Esta es la primera verdad del gran misterio de la piedad.
Justificado en el espíritu, en el diccionario la palabra justificado habla de conjunción de dos conceptos: justicia y razón o verdad, por justicia y por una razón que es la plenitud de voluntad de Dios es que el misterio de la piedad es concepcionado e impulsado por Espíritu, obedece a las nuevas disposiciones que habremos de creer en el Espíritu, así nos ha sido enseñado para entender este misterio de compasión y misericordia de nuestro Padre. Es por justicia porque así como el pecado y por ende la muerte espiritual entró por medio de un hombre (Adán), para dar igualdad de circunstancias por medio de otro hombre la redención y la vida espritual tendría que venir (Jesucristo hombre). De este modo, el hombre tiene elección: seguir en el pecado o pasar de muerte a vida por medio de Jesucristo. La razón o verdad es Jesucristo mismo. Creyendo en su venida y su testimonio de que vino de Dios a nosotros es como se pasa de muerte a vida.
Visto de los ángeles, los mensajeros de nuestro Dios intervienen de la obra más amorosa de su Creador, pues quién sino ellos que están a su lado y saben de su bondad sin límites que tiene para los hombres, quién sino ellos están a su servicio para auxiliar y ayudar a los hombres sean hijos o no. Ellos han palpado la bondad de su palabra, de su juicio, de su voluntad, de su creación, no solamente el hombre ve las maravillas de Dios sino los ángeles son testigos de su gran amor que tiene por la humanidad y muy especialmente por su iglesia.
Predicado a los gentiles, este misterio tiene que ser anunciado a los gentiles. Se le otorgó primeramente al pueblo judío este anuncio y no lo recibieron, no creyeron a las señales y el tiempo de visitación del Señor Jesús les pasó de noche, por tanto Dios lo preparó a los gentiles. La iglesia gentil en sus inicios oyó a los apóstoles, leyó sus cartas y creyó. Hoy, en todas las naciones del mundo el Espíritu da testimonio de que ha sido predicado el evangelio de Jesucristo, hoy ya no hay más referencia e influencia judaica en la vida de la iglesia de Cristo, hoy a los hombres de este tiempo ha revelado en un lenguaje sencillo y practico a todos los hombres de toda la tierra la verdad absoluta contenida en el nuevo pacto.
Creído en el mundo, el evangelio desde su propagación y difusión tiene un sello característico entre los que oyen su palabra; “CREER” Dios se brindó al mundo y los hijos de Él han creído a su anuncio. Desde el Espíritu que ordena al ángel escriba a la primera iglesia hasta la séptima y última iglesia LAODICEA, habrá hijos de Dios que crean en este misterio y vivan por ello, somos parte de la fe, atendemos que las promesas de esta verdad son para esta vida y la postrera.
Recibido arriba en gloria. La posición del Señor Jesús es la diestra de nuestro Padre, que le concedió ser juez de vivos y muertos, la diestra significa el Poder absoluto en toda la creación. Él es así mencionado en apocalipsis: rodeado de una magnificencia (lo veremos en otro capítulo posterior) debemos de poner nuestros ojos en el Señor Jesús en nada ni nadie más en la tierra o en este mundo.
El misterio de la piedad es el acto sublime de nuestro Padre de mostrarnos su gran amor por nosotros, al evangelista Timoteo como a todos los evangelistas de la palabra del Señor Jesucristo son los instruidos para dar a conocer este misterio, así lo escribe el apóstol Pablo en la primera carta a Timoteo 2:1 y 2 1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Este misterio resulta un buen parámetro si verdaderamente estas participando del evangelio de la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo.
La piedad es una fuente de esperanza en el Señor Jesucristo como lo dice el apóstol Pedro en su segunda carta 1:3-7 3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
En resumen, el misterio de la piedad es la comprensión con la mente espiritual del propósito universal de cómo Dios planeó salvar al género humano a través del tiempo de su condición inicial (maldita, pecaminosa y mortal) para llevarlo a otra mejor (llena de vida, amor y eternidad) por medio de su mejor heraldo: su propio Hijo Amado. Ejercitémonos en la piedad. Amén.