Dios es eterno, es Creador, es Bueno, es amor, es misericordioso, es Santo, es puro, es celoso, es poder, es Justo, es paz, es espíritu, es Señor, y es nuestro Padre, es la revelación máxima que Jesucristo vino a enseñarnos en obediencia a su misión preparada desde antes de la fundación del mundo. Como está escrito en Juan 17:6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Juan 17:24-26 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
¿Cómo agradecer a Dios que se haya fijado en nosotros?
¿Qué gran compasión hacia los que hemos creído en Jesucristo?
Él es nuestro Padre, el Padre de todos los hijos de Dios. Como está escrito en Efesios 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, y Pablo nos enseña en Efesios 3:14-15 14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.
Por eso el Espíritu nos hace exclamar si Dios con nosotros quién contra nosotros. Los hijos de Dios tenemos que estar viendo siempre a Jesucristo: Él es la vida, la luz y Él nos llevará de nuevo al Padre, por eso nos demanda el Espíritu a que veamos primero lo invisible y luego lo visible, la preminencia en nuestra vida es Jesucristo.
El apóstol Pablo nos recuerda que tenemos una gran familia a todos los que han creído en el Señor Jesús pues escribe por el Espíritu Santo en la carta a los Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
La iglesia de Cristo establecida en toda la tierra expresada en la localidad o en la casa, forman una gran familia, todos los que declaren que Jesucristo es el Hijo de Dios tenemos la obligación y la necesidad de asistirnos, hospedarnos, ayudarnos y apoyarnos.
Los hijos de Dios al igual que los del mundo tienen derecho a formar una familia, los que han sido llamados para casarse, es una gran compromiso por el testimonio que representa, la fe del hermano(a) hace posible que los de una casa, se vuelvan a Dios y posteriormente en libertad y santidad seguirán viviendo en amor para su crecimiento espiritual.
Como dice en 1 Timoteo 3:4-5 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, aquí habla de los hijos solteros, los casados dejarán padre y madre y el varón su cabeza será Cristo 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia?)
Se tiene que estar pendiente con el cuidado de la casa, en su patrimonio para no cometer blasfemia, hasta que las fuerzas lo impidan el varón y la mujer serán los proveedores de la familia.
Es importante el principio que tiene el Señor Jesucristo para los que cuenten con hijos en ministerio, habrá que proveerlos para su misión evangelista.
Los solteros será idóneos para ejercer ministerio de evangelistas. Dios en su propósito eterno dará a cada quien su participación en la operación evangelista de difundir la sana doctrina del Señor Jesucristo, Amén.
No desesperarse si un hijo de Dios se encuentra en una familia que todavía no ha sido llamada para el evangelio de Cristo. No hay que tratar de evangelizar a la familia, sino dar paso a la paciencia en el Señor Jesús. Recuerda: no hay profeta en su casa. Y si no lo haces con la prudencia y cautela puedes alterar el plan de Dios para tu familia, espera en oración y fe.
La familia, padre, madre e hijos solteros (en cuanto vivan juntos) deben congregarse unidos como hijos de Dios es un testimonio poderoso que el Padre en su infinito amor al varón de la casa por su fe en su Hijo Jesucristo. Amén.
Los hijos que crezcan y permanezcan solteros deberán seguir sujetos a sus padres porque es mandato del Señor, hasta que tengan en sus corazones el deseo de formar una familia. Así mismo, no hay que apresurarse a casarse, sino rogar con fervor al Todopoderoso Dios de la provisión de la pareja, para no caer en el mismo error del mundo, que es casarse y divorciarse. Una familia unida es un mejor ejemplo de unidad espiritual. Amén.
A continuación transcribimos el Código Espiritual de un hermano en Jesucristo y su familia. Escribe tu propio código con la ayuda del Espíritu Santo y comprométete con el Padre a cumplirlo para testimonio de que Jesucristo mora en ti.
CÓDIGO DE LA FAMILIA: APELLIDO PATERNO Y MATERNO
DESDE ESTA GENERACION A LA DÉCIMA, PARA SERVIR AL ÚNICO Y SABIO DIOS EN EL NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
En el principio Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que habita en ellos. Durante el transcurso de los tiempos, se demuestra que el hombre necesita de una mujer y una familia. Dios ha confiado en el hombre temeroso de Él, Reino, Poder Espiritual y Linaje Escogido para hacer la voluntad de Dios en Jesucristo.
La familia _____________ ha establecido que ahora en adelante fundamenten sus vidas en el Señor Jesucristo: para ellos se proclaman reglas espirituales basadas en el evangelio del Señor y en la libertad para reinar aquí en este mundo con el apoyo y ayuda del Espíritu Santo:
Un camino: Jesucristo
Una meta: La nueva Jerusalén
Un poder: El del Espíritu Santo.
Un gozo: Agradeciendo a nuestro Dios de participarnos de las riquezas inescrutables del Señor Jesucristo.
Sea manifiesto a los hombres de nuestro tiempo que nuestra familia es de Dios en Cristo Jesús.
Invocar el nombre de nuestro Señor Jesucristo a primera hora del día.
Tener la disposición de obedecer con la guianza del Espíritu Santo los mandamientos y ordenamientos del Señor Jesucristo.
Encomendar toda cosa o actividad en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Dar gracias a Dios por todo.
Vivir y andar por el Espíritu en libertad.
Ser puntuales en todos los conceptos.
Honestidad con las fuerzas de nuestro Señor Jesucristo.
Ser uno con todo aquel que invocare el nombre del Señor Jesucristo.
Que la vida en Cristo de nuestra familia sea de olor fragante a Dios.
Ayuda mutua a la familia, la iglesia y la comunidad.
Respetar y obedecer a las autoridades.
Tener un modo honesto de vivir.
Practicar el amor fraternal entre propios miembros de la familia así como con los creyentes.
Utilizar la sana doctrina, nunca para contender sino más bien para enseñar en el conocimiento que Dios es quien toma para sí sus escogidos.
Dar testimonio de Cristo siempre.
Procurar la sabiduría e inteligencia de lo alto.
No envidiar al mundo ni amarlo.
Obedecer los acuerdos que se establezcan en las reuniones.
Ser fieles en todo lo espiritual, así como lo que en este mundo se nos encomiende.
Amén.