El Señor Jesucristo nos ha enseñado por su Espíritu que la obediencia es el mandato principal que nos demanda el Padre. Jesucristo lo demuestra en su escritura en el nuevo pacto con hechos y a través de su palabra. Al inicio, la obediencia es una obligación, pero en el transcurso de la existencia se convierte en una fuente de alegría por servir y hacer la voluntad del mandante.
Jesucristo obedeció al Padre en todo y se despojó a sí mismo por toda la humanidad. Esto agradó al Padre y le confió el poder supremo de ser juez de vivos y muertos, nuestro Padre ha establecido que obedezcamos y pongamos por obra la obediencia al Señor Jesucristo, salvador para todos a los que en Él creen, el Espíritu da testimonio de los que son llamados les pone la palabra “Heme aquí Señor”, sin preguntas, pretextos o justificaciones. Pone la fe de hacer la voluntad del que ordena.
La iglesia de Cristo no debe vacilar en obedecer a Jesucristo, por encima de cualquier cosa, es su Señor, Maestro, Salvador, Redentor, Pastor, Obispo. Sólo así estamos destinados a vivir de victoria en victoria. La iglesia de Cristo no es una denominación u organización con principios humanos, es un cuerpo y su cabeza es Jesucristo, Dios es cabeza de Jesucristo y Cristo cabeza del varón y el varón cabeza de la mujer; así está escrito. No hay discusión, el cuerpo obedece a la cabeza, su analogía es perfecta y comprensible.
La iglesia de Cristo no puede, ni debe, ni quiere contaminarse con falsas doctrinas y perversos conocimientos que tratan de infiltrarse en la vida de aquellos que declaran que Jesucristo es el Hijo de Dios. La iglesia de Cristo es visible, se expresa en una localidad y es invisible porque solamente el Señor sabe quién hace Su Voluntad. Si tienes el Espíritu de Dios al leer su palabra en el nuevo pacto, como te lo hemos explicado anteriormente en orden, de Mateo hasta Apocalipsis, capítulo por capítulo, versículo por versículo, te hará comprender que la obediencia a Dios es una oportunidad que te brinda para conocer que también eres de sus hijos y como tal, eres miembro del Cuerpo de Jesucristo. El mismo Espíritu que está en ti, es el que dispuso que se escribiera el nuevo pacto y te dará a conocer que no es posible seguir a hombres u organizaciones que no ponen su fundamento y vida en Jesucristo.
Tienes que poner en obra tu vida y tu integridad en Jesucristo, hay profecía que en nuestra libertad, hay santidad (esto es, apartarnos del mundo) ¡No temas! Mejor es obedecer a Dios antes que a los hombres. Somos muchos que estamos en un solicitar diario y constante al Señor Jesús que constituya evangelistas que lleven su sana doctrina a través de una operación evangelista del Padre, es un mandato y lo obedecemos con gozo. Amén.
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