La gracia y sabiduría en el conocimiento del Hijo de Dios sean para todos nuestros lectores.
Los misterios de Dios son conferidos y administrados por los hermanos en Cristo que viven la verdad en espíritu. La iglesia de Cristo es la depositaria fiel del conocimiento y de la sabiduría del Señor Jesucristo por el Espíritu Santo en cumplimiento con el ordenamiento y voluntad de nuestro Dios. Nuestro Señor Jesús nos ha revelado el nombre a esta generación postrera de hijos por la fe, para que nos acerquemos a Dios y le podamos invocar confiadamente como Padre nuestro y Abba Padre.
La iglesia universal y visible de Cristo en nuestros tiempos se guarda de las corrientes teológicas, filosóficas y religiosas del mundo, las cuales no se cansan de infundir toda clase de estratagemas que engañan y mienten a la humanidad. Permaneciendo firmes en la palabra de Cristo somos los portadores de la verdad, cumpliendo una alta misión preparada por Dios ante los ojos del mundo: anunciar las buenas nuevas de la sana doctrina del Señor Jesucristo al género humano.
Jesucristo está en nosotros, el Espíritu Santo da testimonio. Inmutables esperamos la venida del Señor Jesús, no dormimos. Juzga, pero no condena; se guarda de todo lo malo que hay en el mundo. Pero Él confía en que tu decidas enmendar tu forma de congregarte y participar de las promesas para su iglesia: vigila, conoce su tiempo, lo comunica y lo hace partícipe a la comunidad.
La iglesia de Cristo no es una denominación ni producto de una religión: es un cuerpo visible (que se mueve por el Espíritu Santo a través de los hermanos que guardan la palabra del Señor) pero a la vez invisible (el Señor Jesús es la cabeza de su cuerpo) y los miembros de su iglesia tienen que estar revestidos de Cristo, que conoce a sus miembros y sabe de antemano quienes están en obediencia.
¡Anímate a vivir el evangelio de Jesucristo y a participar de las riquezas inescrutables de Su gracia! No estamos solos, Él ha prometido estar con nosotros hasta el fin de los Siglos. Amén.